
Como el Borbónico o el Borgia, este códice era una guía para los sacerdotes y sabios de los templos aztecas; aunque también utilizado por magos y hechiceros.
“Tonal·matl”, significa “papel de los días”. Consignaba un lapso de 260 días, dividido en 20 partes de 13 días cada una, llamadas trecenas. Se les llamaba también Cemilhuitlapohualiztli, “cuenta de fiestas o de días rituales”.
Compuesto sobre una tira de papel de amate de 4,95 m. x 27 cm., plegada en forma de biombo en 20 folios.
El tlacuilo dividió la superficie total del papel en 1440
unidades cuadradas. En cada folio reservó un área de 20 unidades
cuadradas para dibujar la escena que se conoce como regencia de la
trecena; el resto del espacio se divide en unidades cuadradas mediante
líneas rojas. En cada folio aparecen los signos de 13 tonaltin, 13
representaciones de personajes divinos asociables cada uno a un numeral
de la trecena, 13 volátiles y 13 personajes divinos (señores de la
noche) de una serie de 9 (por lo cual 4 de ellos se repiten en la misma
trecena); cada uno de estos elementos se dibuja dentro de un cuadrado de
tal modo que el área total de cada folio se analiza en 20 unidades
cuadradas para la regencia y 52 unidades cuadradas para los tonaltin y
sus elementos asociados, sumando 72 unidades cuadradas que multiplicadas
por 20 arrojan el área total que tiene la superficie de la tira de
papel sobre la que se extiende la pintura.
El Tonalámatl es una obra muy compleja; se trata al mismo tiempo de una composición pictórica que literaria; contiene mensajes con valores lo mismo lógicos que analógicos. El mensaje lógico más evidente del Tonalámatl es matemático, pues el manuscrito muestra la estructura interna del Tonalpohualli (Calendario Ritual o Lunar).
Perteneció a la colección de Joseph Marius Alexis Aubin, se conserva actualmente en la Biblioteca Nacional de París.